El negocio de la prostitución se ha disparado con la crisis económica. Especialmente delicado es el caso de los jóvenes que venden su cuerpo para salir adelante. Hay que tener una formación», dice. Concha Borrell repite esa frase una y otra vez en sus clases de prostitución.
Welcome back
Aun su comemierdad comunista me resulta amigable. La Revolución, a pesar del retintín de los contrarrevolucionarios, siempre termina diciendo la verdad. O, en su defecto, de coronavirus. Blessed be He in homosexuality!
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Print Acabando de terminar una fabulosa cena de muslos de pollo asados sobre una cama de zanahorias reliquia multicolor y papas Yukon Gold, me senté, miré a mi bella esposa y pensé en lo agradecido que estoy. Era y estaba teniendo el mejor momento de mi vida. Trabajaba por las noches como camarero y, francamente, festejaba hasta el culo. Un fecha, dejé el departamento que estaba alquilando en Culver City y caminé por la colina hasta la tienda de comestibles. Compré mi comida habitual para la cena: carne de hamburguesa y una bolsa de verduras congeladas. Estaba soltero. El asar carne y borbollar agua era la medida de mis habilidades culinarias. Cuando salí de la tienda y me dirigí de dorso a la colina, vi la parte trasera de mi chica ideal californiana, con un largo cabello rubio que caía en cascada por su lomo. Aceleré mi paso para alcanzarla y tal vez saludarla.
