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Los hombres de entre 40 y 50 años buscan una relación estable

Hay algo que todos olvidan: el cliente sabe menos que el abogado, por lo tanto, intentar convencer al cliente sólo con argumentos jurídicos no provoca contratación porque el cliente, como desconocedor del tema, no puede comparar. Así pues, no hay que perder el tiempo comunicando sólo argumentos jurídicos. Hay que combinarlos, y comunicar de manera preferente, argumentos emocionales que son los que SÍ convencen al cliente. El abogado o la abogada competente, y respetuoso con los valores de la abogacía, es preciso que se sepa hacer valer en momentos decisivos, como las interacciones con los clientes potenciales. Reciben en su despacho a un cliente potencial. El cliente potencial les expone su necesidad de asesoramiento. Después de una larga reunión, el cliente potencial no le da una respuesta definitiva y la demora. Pasadas unas semanas usted no recibe respuesta del cliente potencial. Su secretaria, después de insistir al cliente potencial, consigue una respuesta: el cliente potencial dice que no.

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Ya no nos engañan más: técnicas masculinas para hacer sufrir a las mujeres

Busco hombre maduro, para amistad ó galán tengo 47 años y quiero recomenzar mi vida con alguien que merezca mi amor Hola soy Paola tengo 29años soy venezolana, bella, hermosa. Quiero mi media naranja y que sea capaz de complacerme el todo! Solo tienen que conocerme un poco. Si se da una relacion, seria genial, pero mi primera intención es educarme en todos los aspectos para después convertirme en millonaria.

Por qué los hombres aman a las chicas malas

Y como el fin, para muchos, es tener a una y a varias mujeres a sus pies para que siempre estén disponibles para ellos, no se paran a pensar en la dimensión ética de su comportamiento. No se paran a pensar que actuar sufrir a una persona para adeudar poder sobre ella es maltrato y violencia. Esta es la diferencia entre las mujeres libres y las mujeres prisioneras del amor. Los hombres educados en el patriarcado creen que el amor es como una guerra y para ellos hacer prisioneras a las mujeres es como un juego: es un desafío a su virilidad, analógico al que juegan cuando van de caza. No sólo les pasa a los machos alfa, también les pasa a los hombres de izquierdas y a los aliados feministas y a los poliamorosos progres: creen que sus técnicas para ligar son las adecuadas porque las usaron sus tatarabuelos y sus padres. Las aprenden en las películas y en las series, en las novelas y en la laminadora del corazón, pero también las aprenden de los hombres que tienen a su alrededor, todos, casi todos lo hacen, es lo «normal». Casi todos siguen los mismos pasos, primero las hacen reír, luego las colman de orgasmos y atenciones y después se alejan para que no se crean que han conseguido enamorarles al cien por cien y para que empiecen a sufrir. Los hombres patriarcales saben que las mujeres tenemos un brete muy grave de autoestima y que por consiguiente somos inseguras, y celosas.

Hermanos tenemos trabajo que hacer

Hermanos, tenemos trabajo que hacer Por el élder D. Todd Christofferson Del Quórum de los Doce Apóstoles Imagen d-todd-christofferson Como hombres del sacerdocio, tenemos una función esencial que desempeñar en la sociedad, en el hogar y en la Iglesia. Hermanos, en años recientes se ha hablado y escrito abundante sobre los problemas que enfrentan los hombres y los muchachos. Un anécdota interesante es que la mayoría de ellos han sido escritos por mujeres. El objetivo era que probaran su capacidad como protectores de mujeres y niños, y ése era siempre su principal papel social.

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